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Las energías verdes o renovables, como el sol, el viento, el agua y el calor de la tierra, son fuentes naturales que se regeneran constantemente y emiten pocos contaminantes, ayudando a combatir el cambio climático. En el noroeste de México, la geografía ofrece gran potencial para aprovechar estas energías, especialmente en estados como Sonora, Sinaloa y Baja California. Actualmente, cerca del 25% de la electricidad de México proviene de fuentes limpias, y el país tiene como meta aumentar este porcentaje a un 35% para el 2024 y 45% para el 2036, según la Ley de Transición Energética.

Gas natural como energía de transición

El gas natural, aunque no es renovable, es una opción menos contaminante que el petróleo o el carbón. Emite aproximadamente la mitad de CO₂ que el carbón y un 30% menos que el petróleo, reduciendo la contaminación y siendo más económico de producir y transportar. Esta opción puede servir como transición mientras crece la infraestructura de energías renovables en México.

Impacto en la economía del noroeste

El impulso a este tipo de proyectos en el noroeste está generando empleos y atrayendo inversión extranjera, fortaleciendo la economía local. La energía limpia es hasta un 70% más barata que la de las plantas tradicionales (CENACE).

Beneficios ambientales y de salud

Además de mejorar la economía, las energías renovables reducen la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual es crucial para las regiones que enfrentan altas temperaturas y sequías. Para las comunidades, significa un futuro más limpio y saludable.

Gas Natural

Energía sustentable para el noroeste

Para la gente del noroeste, estas energías representan acceso a electricidad más económica, mejoras en salud y conservación de recursos naturales para futuras generaciones. En resumen, las energías verdes impulsan el desarrollo económico, social y ambiental del noroeste de México.